Las sobredosis de fentanilo generan más muertes que la violencia armada, los suicidios y los accidentes de tránsito juntos. Y, sin embargo, a dos semanas del voto, este tema sigue ausente en la campaña electoral entre Harris y Trump.
Unos miligramos de fentanilo pueden ser letales
El fentanilo es un opioide sintético creado para mitigar los dolores extremos de pacientes en cirugía o con cáncer. Es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina, según la DEA. En 2023, más de 107.000 personas murieron por sobredosis de fentanilo y drogas sintéticas en Estados Unidos. Esto es casi 300 personas al día, 5 decesos cada minuto, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades.
“Es muy aterrador; solo unos miligramos, una pequeña cantidad de fentanilo, podrían matar a alguien que sea intolerante a esta droga”, advierte Daniel Gorski (líder comunitario).
En estas jornadas de intercambio con miembros de la comunidad, Daniel Gorski reparte Narcan, un medicamento que revierte las sobredosis de fentanilo y otras drogas sintéticas. Para él, que empezó consumiendo opioides y heroína en los festivales de música que organizaba, cualquier persona puede caer en esta adicción.
“Algunas personas no saben lo adictivas que son estas drogas y se toman todo lo que sus médicos les recetan. Por eso, hay un alto porcentaje de personas que terminaron adictas al cruzarse con estos opioides. Pero también hay muchas personas que, como yo, buscamos deliberadamente esta droga para mitigar emociones incómodas y sobrellevar la salud mental”, confía Gorski.
La grave adicción a los opioides nació a principios de este siglo. Farmacéuticas como Purdue Pharma inundaron el mercado con pastillas para el dolor con opioides altamente adictivos. Solo entre 2006 y 2012, las farmacéuticas distribuyeron más de 76,000 millones de pastillas para el dolor, pagándole a numerosos médicos para que las recetaran, omitiendo sus consecuencias. Este hecho ha sido ampliamente reportado en Estados Unidos.
La responsabilidad de las farmacéuticas
Purdue Pharma se declaró culpable de cargos penales derivados de su papel en la crisis de opioides. El fabricante de Oxycontin admitió haber defraudado a los reguladores y pagado sobornos ilegales a los médicos. Purdue acordó pagar hasta 8.300 millones de dólares en su acuerdo con el Departamento de Justicia. Las sobredosis de opioides han contribuido a casi medio millón de muertes en Estados Unidos durante las últimas dos décadas.
La crisis por sobredosis de fentanilo empeoró en 2016, cuando el gobierno de Obama restringió la prescripción de opioides para el dolor. Las nuevas regulaciones hicieron que millones de estadounidenses, ya enviciados, buscaran alternativas en el mercado negro; primero fue la heroína, después el fentanilo, así como la mezcla con otras drogas.
Según John Walsh, director de Política de Drogas de la Oficina para América Latina de Washington, la crisis sanitaria por sobredosis de fentanilo es consecuencia de los carteles del narcotráfico mexicanos, los cuales inundaron el país con fentanilo y generaron la sobreoferta.
“Hace diez años, no existía una demanda a gran escala de fentanilo como droga ilícita de elección en los Estados Unidos. No es que los consumidores de drogas estadounidenses estuvieran demandando fentanilo ilícito. La adicción fue creada por los traficantes para su beneficio”, afirma John Walsh y precisa que “las restricciones de consumo en 2016 de las pastillas contra el dolor con opioides contribuyeron directamente a la crisis actual”.
“La prohibición le dio a los proveedores, en este caso a los grupos criminales, el poder para moldear a su antojo el mercado ilícito de drogas. La razón por la que el fentanilo es tan útil para un narcotraficante es porque es muy barato de producir, muy rentable y muy fácil de traficar”, subraya Walsh.