Columna de opinión por Cristian Riom, analista de Política Internacional.
Por Cristian Riom
Usualmente los medios de comunicación occidentales y la mayor parte del arco político señalan la falta de libertad y democracia en otras partes del mundo, íconos de este señalamiento son China, Corea del Norte, Irán o Rusia por citar solo algunos de ellos, pero ¿qué ocurre en el llamado “mundo libre”?
El próximo 5 de noviembre se realizarán las elecciones nacionales en Estados Unidos de Norteamérica en un proceso marcado por la violencia política extrema, el candidato republicano Donald Trump sufrió un intento de asesinato en julio pasado que estuvo cerca de tener éxito y otro nuevamente el 16 de septiembre que fue controlado antes de poner en serio riesgo la vida del ex mandatario.
El sospechoso de intento de asesinato es Ryan Wesley Routh un activista defensor de la guerra en Ucrania, se han viralizado videos suyos respaldando a los nazis ucranianos del regimiento “Azov”. Es muy probable que la posición de Trump acerca de Ucrania esté poniendo en juego su propia vida, la insistencia en poner fin a la guerra de la mano de la diplomacia trunca las perspectivas de ganancias a futuro de las grandes empresas fabricantes de armas en EE.UU. y principales proveedores de Ucrania y los países europeos. Duro será el camino hasta el 5 de noviembre y aún pasadas las elecciones hay que esperar hasta el 20 de enero del 2025 para la asunción del próximo presidente.
A esta violencia extrema que a pocos parece importar en los grandes medios tradicionales y que es de una gravedad inusitada, se agrega la decisión del gobierno de EE.UU. de censurar todos los medios de comunicación de Rusia utilizando sus embajadas como agentes de presión a los gobiernos locales para que la censura tenga carácter global. Hillary Clinton yendo aún mas allá deslizó la posibilidad de encarcelar a quienes difundan “desinformación” lo que se traduce como persecución a quienes tengan opiniones diferentes al relato oficial. ¿Dónde queda pues, la libertad de expresión, la libertad de competencia y la democracia?
En Europa la situación no es mucho mejor, en la Asamblea Nacional de Francia se aprobó a trámite la destitución del presidente Macron promovida por la izquierda, si bien es altamente improbable que la moción llegue a término es histórico que el parlamento francés haya aprobado considerarlo. Este pedido ha sido fundado a causa de nombramiento del conservador Michel Barnier como primer ministro por parte de Macron desconociendo el triunfo legislativo del Frente de Izquierda conformado principalmente por el Partido Socialista (PS) y La Francia Insumisa (LFI).La falta de diálogo político lleva a este pedido de destitución en el parlamento y en las calles ya que se han organizado protestas y movilizaciones en todo el país para el día 21 de septiembre.
En España el sistema parlamentarista permitió que aún con el triunfo en las urnas del derechista Partido Popular (PP) en las últimas elecciones presidenciales, sea el Partido Socialista del Obrero Español (PSOE) quien gobierne de la mano de Pedro Sánchez quien tuvo que recurrir a una alianza con el perseguido independentismo catalán. Si bien todo lo actuado políticamente está ajustado a derecho, en España se preguntan cual es la legitimidad de origen de este gobierno.
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Alemania se encuentra jaqueada por la guerra en Ucrania, obligada a cortar vínculos con la energía barata suministrada por Rusia (literalmente le volaron el gasoducto Nord Stream), con problemas económicos severos. En este sentido Volkswagen anunció la semana pasada recortes de empleos y posibles cierres de líneas de producción en su mercado local por primera vez en sus 87 años de historia, debido al aumento de los costos de producción. Las dolorosas reformas de VW pueden verse como parte de los desafíos más profundos que enfrenta la economía alemana, donde las interrupciones de la cadena de suministro, la crisis energética (debido a la reducción del suministro de gas ruso) y la pérdida de ventajas comparativas han perjudicado el crecimiento. En esta difícil coyuntura se da el peligroso crecimiento de la ultra derecha de Alternativa para Alemania (AfD) que si bien tiene una postura crítica hacia la OTAN y la guerra en Ucrania, posee peligrosas ideas respecto a las minorías y la inmigración. Este sector político tuvo destacada participación en los comicios europeos y en las elecciones regionales donde lograron ganar en Turingia en un resultado histórico, es la primera vez que vencen una elección desde los albores de la segunda guerra mundial.
Finalmente, en este repaso tenemos a la propia Ucrania con un presidente fuera de su mandato, la Rada Suprema también con su mandato perimido y sin noticias de futuras elecciones, a esta situación ilegal debemos agregar la proscripción de los partidos políticos opositores, el encarcelamiento de políticos y periodistas y la prohibición de las iglesias ortodoxas rusa y ucraniana, situación que valió protestas directas desde el Vaticano mismo, después de rezar el Ángelus el domingo 25 de agosto, frente a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Santo Padre expresó: “continúo siguiendo con dolor los combates en Ucrania y en la Federación Rusa, y pensando en las normas de ley adoptadas recientemente en Ucrania me asalta un temor por la libertad de quien reza, porque quien reza de verdad reza siempre por todos”, “No se hace mal por rezar. Si alguien hace mal a su pueblo, será culpable de esto, pero no puede haber hecho mal por haber rezado”, dijo el Papa, “Y entonces que se deje rezar a quien quiere rezar en la que considera su Iglesia. Por favor, que ninguna Iglesia Cristiana sea abolida, directa o indirectamente. ¡Las Iglesias no se tocan!”, añadió.
En este marco general podemos inferir que en realidad, poco importa al poder real la situación de las democracias, las libertades de expresión, los derechos humanos y toda la retórica que usualmente escuchamos o leemos en los medios de comunicación hegemónicos, lo único importante es el mantenimiento del status quo, el crecimiento de ese poder real y la eliminación lisa y llana de los oponentes a ese status, dentro de una aparente democracia liberal o recurriendo al terror, al macartismo, al genocidio si es necesario, siempre con la pantalla mediática blindada a su favor repitiendo una y otra vez detrás de una sonrisa, “nosotros somos el mundo libre”.