Para el asesor de Macri, así Cristina evita la responsabilidad de la derrota electoral y para continuar como senadora nacional para mantener los fueros
“Para ser candidata a presidenta está obligada a renunciar a la senaduría. Los fueros la protegen como candidata, pero si pierde las elecciones quedará en manos de la Justicia. Si es candidata a vicepresidenta no está obligada a renunciar y puede mantener la inmunidad después de la derrota. Si por alguna razón llega a ganar, pensará que tiene la fuerza para reemplazar a un presidente con poco arraigo en la realidad”.
De este modo, el asesor del presidente Macri, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, señaló a Perfil por qué Cristina Kirchner decidió no postularse para presidente, sino que para vice.
Asimismo, sostiene que “no existe un candidato que renuncia si cree que puede ganar”, por lo que “Cristina supuso que iba a perder”. Y además agrega otro motivo. Y es que “lo único que podría darle sentido a esta acción sería que, creyendo probable la derrota, quisiera que, cuando se produzca, la culpa sea de Alberto”.
De este modo, para el consultor político, Cristina Fernández de Kirchner tomó la decisión de presentarse para vicepresidente por dos motivos: para no cargar la responsabilidad de la derrota electoral (en el caso de que así sucediera) y para continuar como senadora nacional -en el caso de que también resultase perdedora la fórmula que encabeza Alberto Fernández-, para así mantener los fueros que la protegen de las decisiones de la justicia.
En su análisis de la fórmula “Fernández – Fernández”, Durán Barba agrega que “casi ningún presidente permite que exista alguien que le haga sombra y el vicepresidente no debe tener más poder que el presidente”, por lo que “si triunfa el binomio Fernández-Fernández no existirá un presidente con sombra, sino una sombra con presidente, al que deberá eliminar”.
“Alberto Fernández no tiene una psicología de títere, sino una personalidad fuerte: ha criticado violentamente a Cristina durante años” y habla de una “bomba de tiempo” que “estallará cuando se organicen las candidaturas, durante la campaña o en el primer mes de Gobierno.“
Y señala que Alberto Fernández no tiene votos propios, no puede garantizar el voto duro de Cristina y su imagen es negativa, por lo que “su problema es atraer votantes anti K: si logra convencer a los electores de que será él el presidente, perderá muchos votos de Cristina”.