EconoJournal accedió en exclusiva al informe técnico oficial donde Enarsa se justifica la decisión de optar por un caño de 36 pulgadas de diámetro, como los que fabrica Techint.
Luego de que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner le reclamara el viernes a Alberto Fernández que le exija al Grupo Techint fabricar los caños para el gasoducto Néstor Kirchner en el país, en lugar de importarlos de Brasil, el ahora ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, le salió al cruce al decir que era la propia gente de la vicepresidenta la que había definido las condiciones de la licitación para la compra de los caños.
En un off distribuido ese mismo viernes por la noche, que derivó finalmente en su salida del gobierno, Kulfas fue más allá y habló de “un pliego de licitación a la medida de Techint”. A raíz de esa polémica, EconoJournal accedió en exclusiva al informe técnico oficial donde Enarsa se justifica la decisión de optar por un caño de 36 pulgadas de diámetro, como los que fabrica Techint.
El informe técnico de la Gerencia de Unidad Ejecutora de Gasoductos de Enarsa, elaborado antes de las acusaciones cruzadas que derivaron en el despido de Kulfas, describe en detalle las necesidades técnicas primarias y esenciales para la concreción de la primera etapa del proyecto.
Las dimensiones del caño
En lo que respecta específicamente a las dimensiones de la cañería a requerir, se afirma que “para poder transportar el volumen de 40.000.000 m³/d (el cual se alcanzará luego que se le instalen las plantas compresoras a lo largo de su traza) el diámetro de la cañería debe ser de Ø36” Dn. (36 pulgadas de Diámetro Nominal)”. “Dicho diámetro permite tener un equilibrio técnico económico óptimo del proyecto”, agrega luego.
El informe remarca que durante la elaboración de la ingeniería básica y los modelos hidráulicos de despacho se calculó el diseño con un diámetro inferior a 36 pulgadas, pero remarca que no es un diseño óptimo. “La disminución del diámetro de la cañería no permite alcanzar el transporte del volumen proyectado en condiciones similares, lo cual implicaría la instalación de cañería en forma de loops para reforzar el sistema y alcanzar el volumen de 40.000.000 m³/d”, se advierte.
Mayores costos
Luego se aclara que una cañería de un diámetro menor terminaría siendo mucho más costosa. “De optar por ejemplo de una cañería menor de Ø30” (30 pulgadas), sería necesario la construcción de dos gasoductos en paralelo para que pueda ser alcanzado el objetivo de los 40.000.000 m³/d”, dice el informe.
Eso es porque el equivalente para lograr el mismo objetivo que un caño de 36 pulgadas de diámetro “serían dos caños de 30 pulgadas, lo que implicaría, aproximadamente, duplicar el costo de instalación y cañería”
Por último, se deja en claro que esa afirmación no es algo que pueda ser motivo de debate. “Se encuentra en línea con la circunstancia de que la conducción de gases en cañería responde a una ecuación físico matemática que es la ley general de los gases y la misma no es intuitiva ni lineal –lo cual no es opinable en su cálculo”.
“En este punto respecto al diámetro, esta situación conlleva a una inversión superior (próximo al 100%) al proyecto de construcción en Ø36” como está previsto y, por lo tal motivo es desestimada”, se afirma.
Por último, en lo que refiere al diámetro de la cañería se afirma que el caño de 36 pulgadas es el mayor diámetro comercial con el que se ha construido en la Argentina. “Diámetros mayores conllevarían a equipos de instalación, dobladoras, transporte, Tiende Tubos, etc. que no encuentran disponibilidad en Argentina y cuyas adquisiciones por parte de los contratistas elevarían inconmensurablemente cualquier oferta, en atención a que no hay gasoductos de ese diámetro en la Argentina ni en países limítrofes”, concluye el informe.