La T y el Tatengue empataron sin goles en el cierre de la segunda fecha de la Copa de la Liga.
Talleres y Unión no se sacaron diferencias en el marcador ni en el juego y terminaron empatando sin goles en un estadio Mario Kempes cordobés que contó con un campo en mal estado para albergar este partido correspondiente a la segunda fecha de la Zona 1 de la Copa de la Liga Profesional.
Los destinos inmediatos de ambos equipos tienen un futuro en el plano internacional donde Talleres jugará la Copa Libertadores y Unión la Sudamericana, aunque en el comienzo de su participación en la Zona 1 ese orden “jerárquico” estuvo invertido.
Es que los santafesinos arrancaron con un resonante triunfo como locales sobre el vigente campeón, River Plate, por 1 a 0, mientras que los cordobeses cayeron por el mismo marcador en tiempo de descuento en su visita a Platense.
Pero esto no hizo mas que darle significación a la paridad existente entre estos dos equipos, que sobre un piso en sorprendentes malas condiciones como el del estadio Mario Kempes, no se sacaron ventajas en el marcador ni en el juego, aunque el local fue el que apenas asomó levemente la cabeza, pero mostrando que es más un conjunto de jugadas que de funcionamiento afiatado como el que tenía con su anterior entrenador, el uruguayo Alexander Medina.
Es que la llegada de Ángel Guillermo Hoyos a la dirección técnica de la “T” se produjo en medio de la salida de algunos jugadores importantes como Nahuel Tenaglia (al Alavés español) y Carlos Auzqui (al Ferencvaros húngaro) y el arribo del goleador riverplatense Federico Girotti es una apuesta que todavía no dio sus frutos (encima hoy fue expulsado).
Pero más allá de las individualidades, de lo que adolece este “nuevo” Talleres es de funcionamiento, porque las características de Hoyos apuestan más al control de balón y su antecesor optaba más por la verticalidad.
En cambio el también uruguayo Gustavo Munúa le dio rápidamente una identidad al “tatengue” y ello le permitió, por ejemplo, golear en el clásico santafesino a Colón por 3 a 0 en el certamen anterior y en la misma jornada clasificarse agónicamente para la Sudamericana.
Por eso los albirrojos pudieron equilibrar el desarrollo del partido y bien respaldados por el arquero Sebastián Moyano en las contadísimas ocasiones en que llegó el local, a punto estuvo de quedarse con todo en el final, pero el que respondió esta vez fue Guido Herrera.
Y esa salvada fue providencial, porque inmediatamente después llegó una falta innecesaria de Franco Calderón al también marcador central local Rafael Pérez, que se lanzó arriba en una corajeada que terminó dando sus frutos porque provocó el consecuente penal.
Ya se jugaba el segundo minuto de descuento y Enzo Díaz tuvo la gran oportunidad de llevarse sus primeros tres puntos en el campeonato, pero se nota que Unión arrancó con viento de cola y Moyano le desvió el remate lanzándose sobre su derecha.
Se quedaron en pardas entonces cordobeses y santafesinos, pero dejaron algunas certezas que les abren buenas perspectivas a futuro.