Los goles de Palavecino, Alvarez y Romero fueron demasiado, y le terminaron dando los puntos que necesitaba para recuperar el título luego de siete años
El cielo se iluminó en la noche de Núñez, con la estrella que faltaba encenderse en la oscuridad. El título en el ámbito local llegó finalmente para River, bajo el mando de Marcelo Gallardo.
La primera Liga Profesional, flamante certamen de este 2021, fue obtenida por el plantel del técnico que deseaba consagrarse en el país, luego de los logros internacionales y las Copas y Supercopas Argentinas.
La celebración estaba preparada con anticipación, después de la derrota de Talleres del martes último. River necesitaba sumar un punto frente a Racing para desahogarse, y de esa manera desatar la fiesta Monumental.
Ramón Díaz había sido el último conductor que le dio a River un certamen argentino, en el primer semestre de 2014, antes de tomar la decisión de irse del club de manera intempestiva.
Los siete años que pasaron desde aquella alegría finalizaron en este 2021, y se suman a los múltiples festejos que tuvo la institución en todos los niveles. El nuevo campeón le quitó ese privilegio a Colón de Santa Fe.
La noche no fue tranquila para el local. Racing, que venía de una seguidilla negativa, lo sorprendió al inicio presionándolo en su campo, algo que no muchos equipos se animan a hacer. Esa insistencia le permitió a Copetti tener una gran chance para marcar el primer gol, pero Armani lo impidió.
La acción derivó de una falla de Díaz, quien intentó salir jugando y perdió la pelota ante el delantero de Racing. La respuesta de River llegó a los 12 minutos, cuando Romero le pegó desde el borde del área grande y Arias pudo reaccionar a tiempo.
El jugo de River no era el esperado, y Gallardo comenzó a dar indicaciones rápidamente. Al público no le interesaba demasiado lo que pasaba en la cancha, debido a que se entusiasmaba ante cada intervención de los futbolistas de River, y los festejaba con aplausos y aliento.
El goleador del campeonato, Julián Alvarez, fue otro que también levantó a la gente, con una aparición a pura velocidad por el centro del área, y la pelota salió al lado del palo luego de su cabezazo.
La jugada fue un anticipo de lo que ocurriría a los 32 minutos, cuando Palavecino llegó al área por la izquierda y definió cruzado ante la salida de Arias para marcar el primer gol. La gran habilitación fue de Enzo Fernández.
La ventaja provocó delirio en las tribunas, y los simpatizantes comenzaron a saludar a cada uno de los jugadores. Mientras eso sucedía, River seguía profundizando su juego y entre Alvarez y Romero desperdiciaban varias chances para extender la diferencia.
El segundo tiempo fue a puro vértigo. River necesitó dos minutos para marcar el segundo gol, y Alvarez fue el encargado de convertir. El delantero capturó una pelota en el área luego de algunos rebotes, y remató cruzado para vencer al arquero.
“De acá de Núñez salió el nuevo campeón”, se empezó a escuchar de fondo luego de ese gol. Y también las dedicatorias a su máximo rival aparecieron de inmediato.
El desarrollo del partido había perdido atractivo, y lo que pasaba afuera era lo más llamativo de la noche. River estaba más cerca del tercero (llegó a través de Romero, que también hizo el cuarto) que Racing del descuento, y la tranquilidad para el local era total.
Racing volvió a dejar otra imagen deslucida, y sólo los primeros minutos pareció un rival de cuidado. Los cambios que hizo en el segundo tiempo tampoco le aportaron los resultados necesarios, y Gago ya empezó a ser mirado de reojo por los propios dirigentes de la institución.
El grito final, la vuelta olímpica, la Copa, el canto de los jugadores, la fiesta, todo se fue armando cuando finalizó el partido. River se sacó la espina que le quedaba al ciclo exitoso de Gallardo. La atención estará puesta ahora en lo que decida el ex volante, que tendrá que decidir si continúa en su cargo por un año más, o resuelve irse a tomarse un descanso. El tiempo de recreación llegó para River, para festejar el título tan anhelado.
Fuente: Página 12