El primer ministro, Mark Rutte, asegura que la heredera de la Casa de Orange no perdería sus derechos dinásticos si eligiera una pareja femenina
El Gobierno de los Países Bajos dio una gran paso hacia la promoción de la igualdad al aclarar este martes que la heredera al trono, Amalia de Holanda, podrá acceder a su cargo de Reina así se case con un hombre o con una mujer.
Históricamente, si un heredero al trono quería convertirse en jefe de Estado en los Países Bajos debía casarse con una pareja de distinto sexo. Pero, un diputado del Partido Liberal planteó la posibilidad: ¿Qué pasa si la princesa Amalia quiere contraer matrimonio con una mujer?
Lo cierto es que la hija de Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro de los Países Bajos tiene 17 años y aún no expresó ninguna preferencia sobre su sexualidad, pero, desde el Gobierno de Orange dejaron bien en claro que su elección “no será un obstáculo” para asumir su cargo nobiliario.
En Países Bajos, los miembros de la Casa Real necesitan el permiso del Parlamento para casarse, de ahí la importancia de la respuesta del primer ministro:
“El Gobierno cree que el heredero también puede casarse con una persona del mismo sexo y no ve un obstáculo legal permitir el matrimonio de un heredero con una persona del mismo sexo. Por lo tanto, el gabinete no considera que un heredero al trono o el rey deba abdicar si desea casarse con una pareja del mismo sexo”, dijo el Primer Ministro Mark Rutte.
Vale recordar que Países Bajos fue el primer país del mundo en legalizar el matrimonio igualitario que entró en vigencia desde el año 2001. Además, es la primera vez en Europa que un mandatario se pronuncia sobre un asunto de esta índole.
En cuanto al origen de la descendencia en caso de existir uniones del mismo sexo, Rutte dijo que debería quedar claro quiénes son los hijos e hijas en dicho matrimonio y afirmó que se deberían hacer acuerdos si se diera el caso ya sean adoptados, nacidos de un donante de semen, o bien a través de una gestación subrogada.
Esto es así, aclararon, porque es preciso establecer, sin ambigüedad, quién sucede al rey o la reina. “De este modo se puede tener seguridad jurídica. En el caso de un matrimonio homosexual, habría que llegar a acuerdos para que esto fuera posible”, explica Rutte.