El Director del Hospital, José María Cullen contó cómo es ser la máxima figura del nosocomio. Habló de su vida, familia, amigos y destacó el trabajo conjunto de la política a la hora de montar el hospital de campaña, clave para atenuar el impacto del Covid-19.
Por Martín Sperati
El Director del Hospital José María Cullen, Juan Pablo Poletti pasó por el ciclo de entrevistas “Charlemos“. Fiel a su estilo, la máxima figura del nosocomio santafesino contó cómo llegó al puesto. Su relación con el deporte. La importancia de su familia y amigos. Ponderó el trabajo en equipo y se refirió a la dirigencia política con respecto a la implementación del hospital de campaña que se encuentra en la sede del Liceo Militar.
Pasadas las 11 de la mañana del día miércoles, Poletti recibe en su despacho a este cronista. Saluda amable, toma el teléfono para responder mensajes y dejarlo en silencio y, se acomoda para dar inicio a una “charla” distinta, entre cuestiones actuales y el recorrido de su vida como profesional y vecino de la ciudad de Santa Fe.
“El primer día que pisé esta oficina era un desafío, tenía mucho miedo de estar a la altura de las circunstancias cuando asumí como subdirector“, recordó el profesional de la salud, que al poco tiempo de asumir tuvo que tomar el rol de director, por ausencia de Roberto Chitto. En ese entonces, Poletti debía afrontar ante la prensa sobre el caso de la fuga de los Lanatta y Schilacchi, habida cuenta de que gendarmes cayeron heridos en el nosocomio.
Cuando habla de sus inicios, pondera una infancia muy feliz con sus 7 hermanos (5 varones y 2 mujeres). Cuenta que acompañaba a su padre, médico también, en sus días laborales. Fue allí que decidió estudiar medicina. Lo hizo en la Universidad Nacional de Rosario: “sabía que iba a ser médico. Viajaba todos los fines de semana, porque seguía jugando al rugby y no quería dejar”. La medicina y el deporte, dos pasiones que se estaban conectando en su vida.
Cuando mira al “Poletti de los 23 años, recién recibido y con sueños por delante“, reconoce que no se imaginaba ser el director del Hospital José María Cullen: “Nunca se me pasó por la cabeza, ni aún siendo médico y nunca pensé que siendo director iba a pasar por varias circunstancias“, recordó entre risas.
Más adelante, contó que su cargo de director es semi-político y que puso a disposición de 5 ministros su renuncia simplemente por formalismos ante un cambio en la conducción de la cartera de salud provincial. También habló de su equipo de trabajo, elemento clave que hace al día a día para que los objetivos se puedan ir cumpliendo: “Lo que más me gusta es que se trabaja netamente en equipo. Yo puedo ser la cara visible, pero es impresionante el sentido de pertenencia que tiene cada uno de los empleados del hospital”.
“No hay en Rosario un hospital con este número de camas, número de empleados y cuatro gremios. Un hospital que es un monstruo por su fisonomía y tuvimos que adaptarnos en menos de tres meses a armar dos hospitales en uno”, reflexionó el médico.
Ping Pong
-¿Los amigos son?
-Una pata clave de la felicidad. Tengo un grupo no muy grande de amigos, pero muy fuerte. En esta pandemia han sido un soporte tremendo. Me han tenido paciencia y han sabido entender cuando no iba o cuando me hicieron un regalo sorpresa en plena pandemia, con una muestra de afecto en la que me sacaron lágrimas.
-¿Lloró?
-Si, varias veces. Nervios, angustia y temor a que no se solucionen los problemas graves. También de emoción. Cartas que me han mandado los pacientes. Tuve varios momentos.
-¿El rugby es?
-Un cable a tierra. Un deporte que conocí a los 11 años, antes jugaba al fútbol. El rugby es una enseñanza de vida y me ayudó muchísimo a poder ocupar el cargo que hoy ocupo.
-¿Conectó la práctica del rugby con lo que es ahora?
-Todos mis maestros del rugby me dejaron muchísimos valores de vida que lo pude transmitir a reuniones y manejos de grupos.
-¿Es gritón?
-Demasiado. Mis principales defectos, porque parece que estoy enojado y es mi forma de hablar. No lo puedo manejar, me pongo eufórico en cualquier reunión, pero por una cuestión de carácter. No es en tono de agresión. Pido disculpas muchas veces, porque uno es el director y parece que está haciendo uso de autoridad.
-¿Qué significa Unión en su vida?
-Desde que nací mi viejo me llevaba a la cancha. Hoy voy a la cancha con mis hijos. Entiendo lo que hoy es el fútbol. Me alegro cuando pierde y me amargo cuando gana.
-¿Se lo felicita a Colón?
-Si. Se malinterpretó mucho un testimonio que di de los festejos. Creo que el error fue de la AFA, no de Colón. Que le vamos a echar la culpa. Creo que el error fue haberlo jugado en ese momento. Cómo no vamos a festejar un campeonato que estamos esperando los santafesinos. Ojalá se le de a Unión.
-¿Su esposa y sus hijos son?
-Todo. Tengo una muy linda familia. Una esposa de fierro. Llevamos 22 años de casados.
-¿Dónde la conoció?
-Son épocas donde los chicos no van a entender. Mirá te voy a contar. De un teléfono público estando de guardia acá en el hospital. Los teléfonos naranjas con monedas, enfrente al laboratorio. Estaba de guardia y la llamé para invitarla al casamiento de un amigo y partir de eso, la invité a salir y así quedamos. Algo que parecía nada, de un teléfono público, nació y hoy es mi soporte, mi cable a tierra, mi bastón para las rengueras cuando ando en esos días caídos.
Los cuatro chicos fueron los verdaderos héroes de esta pandemia por ser los hijos del director. La han pasado muy feo, no salieron a ningún lado. Una hija de 20, una de 16 (que todavía no conoce un boliche). Uno realmente piensa en su juventud y lo que uno espero y disfrutó. Se la bancaron, aceptaron las reglas de juego y me respetaron. Es un poco mi agradecimiento permanente.
-El Cullen es para usted…
-Ahora es parte de mi vida. Durante años fue mi lugar de trabajo que estimé mucho y estuve agradecido porque me dio la formación y la posibilidad de ser cirujano, mi otra especialidad que hago. Llevo casi 29 años siendo parte del hospital Cullen.
-La salud pública santafesina es…
-Es muy buena. Me falta conocer mucho de salud pública nacional, pero a nivel nacional estamos, por lo que muchos dicen, a la altura de la circunstancias.
-¿Juan Pablo Poletti es?
-Un ciudadano que cuando tomó este desafío quiere dar lo mejor. Tal cual lo hice cuando era entrenador en el deporte. Me involucro mucho con lo que hago. Amo mucho al hospital, amo la medicina, me gusta ser cirujano y director. Si a uno le pagan por hacer algo, tiene que cumplirlo, porque ahí está el secreto, cuando uno no devuelve en acción lo que cobra en el banco.
Sin meterme en política, amo mi país y quiero que salga adelante, creo que estamos mal. La manera no la sé, pero desde mi lugar trato de hacer lo mejor posible para que eso se vea. Así tiene que ser, que cada uno asuma un desafío propio, lo haga mejor y no nos miremos tanto con el de al lado.
-En términos generales los profesionales de la salud escriben de manera ilegible ¿Porqué pasa eso?
-No lo sé. No es mi caso. En general me ponderan por buena letra. No terminó de entender porqué y me enoja muchísimo cuando tengo que leer una carta de otro profesional y no entiendo. Trato de cambiarlo día a día.