Por motivos de seguridad, el sumo pontífice va a realizar todos sus desplazamientos en las diferentes ciudades que recorra a bordo de un coche blindado y cubierto.
En el que es el primer viaje de un Papa al país, Francisco finalmente arribó a la República de Irak en un viaje en el que visitará ciudades del Norte y el Sur del país, además de la capital Bagdad, para mantener encuentros religiosos y políticos con las autoridades locales.
En una viaje que tendrá medidas de seguridad especiales por la situación política del país y por la pandemia, el Vaticano dispuso que todas las personas que acompañen al pontífice durante el viaje deben estar vacunadas contra el coronavirus.
Vale recordar que la mayoría de los destinos que Francisco ha elegido en estos años han sido hacia zonas periféricas del mundo o lugares donde existen minorías oprimidas. Es ahí donde el representante del Vaticano entiende que el catolicismo puede amplificar la relación interrumpida en muchos casos por conflictos armados.
Este es el caso de Irak, un país esencialmente musulmán donde los pocos católicos que permanecen allí han sido víctimas de todo tipo de violencia y persecución en las últimas décadas. El desafío, además, se amplía con lo que tiene que ver con la variable epidemiológica y la seguridad como parte de esta compleja misión.
Francisco va a realizar todos sus desplazamientos en las diferentes ciudades que recorra a bordo de un coche blindado y cubierto cuando suele hacerlo en autos particulares o esa suerte de camioneta descapotable.
Además, si bien esto suele corre a cuenta del Estado receptor, en este caso una pequeña delegación de la Gendarmería vaticana y de la Guardia Suiza van a acompañar al Sumo Pontífice en los distintos puntos que recorra.
Con su viaje, Francisco celebra una relación diplomática de más de 50 años y reforzada en los últimos tiempos con la oposición de la Santa Sede a la invasión norteamericana en 2003 y apoyada en los lazos que unen a los orígenes de las tres religiones monoteístas principales con la historia de la república de Irak.
En Irak, el pontífice dedicará el primer día a reunirse con las autoridades políticas del país, incluidos el primer ministro y el Presidente, además de con el Cuerpo Diplomático acreditado.
Sobre el día siguiente, el Papa se dedicará al Sur del país, cuando a bordo de un avión de Irak Airways viaje a Najaf, para encontrar al Ayatola Al-Sistsani, de 90 años, referente chiíta.
Luego, visitará Nasiriya, a orillas del río Éufrates, donde encabezará un encuentro interreligioso, uno de los ejes centrales de un viaje que lleva como lema “Son todos hermanos”.
El sábado 6, de regreso en Bagdad, Francisco celebrará una misa en la Catedral caldea de San José. El domingo 7, el Papa recorrerá el Norte del país, en el denominado Kurdistán iraquí, para visitar la ciudad habitada más antigua del mundo, Erbil, símbolo de la acogida a refugiados de la guerra en la vecina Siria.