El elenco Culé llegó al 2-0 en tiempo de descuento y logró el pase a la final en el alargue. Cuando estaban 1-0 Lucas Ocampos malogró un penal para Sevilla.
Barcelona, con el astro argentino Lionel Messi, se clasificó para la final de la Copa del Rey, al vencer hoy de local a Sevilla por 3 a 0 y revertir la derrota 0-2 que había sufrido en la ida.
La clasificación “azulgrana” tuvo un matiz de milagro: en el cuarto minuto de descuento el defensor Gerard Piqué marcó el 2 a 0, resultado que le permitió llegar a la prórroga. Ousmane Dembelé, a los 11 minutos de la etapa inicial, y Martin Braithwaite, a los 5m del primer suplementario, redondearon la goleada de los de Messi.
En desventaja 0-1, a los 18m del complemento, Sevilla tuvo una chance inmejorable de empatar y marcar un gol de visitante, lo que habría sido casi definitorio: el volante argentino Lucas Ocampos desperdició un penal (lo atajó Ter Stegen, abajo a su derecha).
El ex volante de River Plate había ingresado unos segundos antes, en su reaparición después de casi un mes de inactividad, y él mismo había provocado el penal por una falta de Mingueza.
En el equipo andaluz, que terminó con diez jugadores por la expulsión de Fernando (45m ST), fue titular Marcos Acuña y en el segundo tiempo entró el “Papu” Alejandro Gómez.
Barcelona sacó pronta ventaja con un golazo de Dembelé y después monopolizó la pelota con la buena conducción de Messi, pero sin generar grandes situaciones para ampliar el marcador.
Sevilla, por su parte, se refugió contra su área y apostó al contragolpe, fórmula a la que accedió sólo ocasionalmente.
En el complemento el equipo de Lopetegui tuvo la chance del penal, pero cuando Ter Stegen se quedó con el remate de Ocampos pareció cancelar toda ambición sevillista y el partido, de allí hasta el final, se jugó íntegramente en el campo visitante.
Sevilla parecía irse con el premio de la clasificación, excesivo en función del dominio pero justo por la ineficacia ofensiva de los catalanes, cuando en el cuarto minuto de descuento Piqué saltó más alto que todos en el área y puso el 2-0 para ir a la prórroga.
El golpe anímico impulsó a Barcelona y a los cinco minutos del primer tiempo suplementario consiguió su tercer tanto, cabezazo de Braithwaite que se le escapó a Vaclik. Sevilla, que se había quedado con uno menos sobre el filo del tiempo reglamentario por la expulsión de Fernando, ya no tuvo posibilidades de reaccionar.
Casi eliminado de la Champions (fue goleado de local ante Paris Saint Germain, 1-4, en la ida de octavos de final), de marcha irregular en la liga, con una crisis institucional que espera solución con las elecciones, Barcelona encontró consuelo con el pase a la final de un certamen del que es justamente el rey, con 30 títulos a lo largo de su historia.
El restante finalista saldrá mañana del encuentro entre Levante y Athletic de Bilbao, que empataron 1 a 1 en la ida.