Reino Unido vive un éxodo de extranjeros “sin precedentes”

Reino Unido vive un éxodo de extranjeros “sin precedentes”

Desde el Brexit, e impulsadas por la pandemia, 1.300.000 personas, en su mayoría inmigrantes europeos, abandonaron el Reino Unido.

El Reino Unido está sintiendo las consecuencias del Brexit y el impacto de la pandemia. De acuerdo a los datos del Centro de Excelencia de Estadística Económica (ESCOE, por sus siglas en inglés), 1.3 millones de inmigrantes, mayoritariamente europeos, abandonaron el Reino Unido entre el tercer trimestre de 2019 y el mismo período de 2020.

El epicentro del éxodo está en Londres. En la capital inglesa, una ciudad con alta concentración de empleos que no pudieron continuar sus actividades para prevenir la circulación del virus, cientos de personas no británicas perdieron sus empleos.

“Parece que gran parte de la carga de la pérdida de puestos de trabajo durante la pandemia ha recaído en los trabajadores foráneos y se ha manifestado en una migración de retorno, más si cabe que en las propias cifras de desempleo”, explicó el economista Jonathan Portes.

“Los inmigrantes tienen una probabilidad desproporcionada de acabar empleados en el sector de la hostelería y en otros relacionados con servicios que requieren un contacto cara a cara”, y, en medio de la pandemia, “es más plausible que sean despedidos o pierdan gran parte de sus ingresos”, agregó.

Del total de personas que abandonaron el país, unos 700.000 vivían en Londres.

A su vez, el Gobierno también ofrece asistencia económica para aquellos inmigrantes europeos que quieran abandonar la isla. El denominado “retorno voluntario” ofrece a quienes quieran regresar a sus países de origen un apoyo financiero de 2.000 libras (unos 2.700 dólares) y cubre el costo del pasaje de regreso.

Con el actual contexto de Gran Bretaña, donde casi todo el país entrará a una nueva cuarentena -la tercera desde el inicio de la pandemia a principios del año pasado- la oferta de abandonar el país parecía más interesante. Aunque no todas las personas con pasaporte europeo decidieron marcharse. “Es un éxodo sin precedentes”, afirmó el economista.