Hubo un incremento del 18% respecto al año anterior: pasaron de 443 a 523 casos denunciados
De acuerdo a las estadísticas del área de Políticas de Género y Violencia Familiar de la Municipalidad de Santo Tomé, durante 2018 las situaciones de violencia de género recepcionadas en esa repartición se incrementaron un 18 % respecto a las de 2017, al pasar de 443 casos denunciados en la ciudad a 523, es decir 80 episodios más. El dato fue dado a conocer por la coordinadora del área, Carina Depaoli, durante la reciente inauguración del predio Plaza de las Mujeres, en la conjunción de las calles Santa Fe y Corrientes.
La funcionaria fue consultada para saber cuáles son las causas que influyen en las víctimas de acoso, agresión o abuso sexual, al tomar la determinación de hacer la denuncia. Depaoli subrayó tres variables de análisis, que ayudan a comprender por qué han aumentado los casos de violencia de género denunciados en Santo Tomé. La primera de ellas es la existencia de un lugar físico, específico y especializado, en donde las víctimas se animan a denunciar y a tratar cada una de sus situaciones (Córdoba 2027, primer piso). La segunda, es que el problema ya tiene nombre, o nombres (violencia de género, femicidio), y a partir de allí su propia especificidad, para poder actuar en consecuencia y en el marco adecuado.
Y la tercera variable es para Depaoli el recrudecimiento de las situaciones violentas en sí mismas. La funcionaria, que lleva seis años a cargo de la coordinación de Políticas de Genero y Violencia Familiar (dependiente de la secretaría Municipal de Salud), observa que año tras año los casos denunciados van en aumento, en concordancia con lo que pasa en todo el país. Depaoli empezó con esta tarea durante la segunda gestión de Fabián Palo Oliver al frente del municipio santotomesino.
Causas principales
Con referencia a la primera de las causas, Depaoli remarcó la importancia de la aparición de los lugares y espacios que se dedican a la atención específica de los casos de violencia de género, como ser las coordinaciones, las áreas y los equipos interdisciplinarios. Esto es algo muy importante porque “se puede transversalizar todo el trabajo con los distintos grupos de tarea, pero hay especificidades que deben abordarse a partir del conocimiento de la problemática en particular”. El surgimiento de áreas que atienden cada especificidad (abuso, maltrato, acoso, violencia sexual infantil), es importante para que la víctima se anime a pedir asistencia y ayuda.
En cuanto a la segunda variable, la funcionaria aclaró que a partir de la larga lucha de los movimientos feministas, las mujeres han podido construir teorías sobre la violencia de género y al mismo tiempo lograron ponerle nombre a la problemática que las nuclea.
“Hasta hace cinco, seis, o diez años, no se hablaba de femicidio”, dijo, así como veinte años atrás se hablaba de problemáticas de las mujeres y no de violencia de género. “Ahora pudo conceptualizarse el problema y se le puso un nombre, algo que ayudó también a que la sociedad se sensibilice, porque nombrar algo implica hacerlo presente, no hay que olvidar que lo que no tiene nombre no existe”.
Carina Depaoli – Coordinadora del área de Políticas de Género y Violencia Familiar de la Municipalidad de Santo Tomé
Ante el homicidio de una mujer, ya no se habla de crimen pasional o del trágico final de un conflicto de pareja, ahora el hecho tiene denominación propia, específica, dentro de la problemática de violencia de género. Al surgir los nombres para cada problema, pueden empezarse a especificarse, visualizarse y cuantificarse.
En lo que respecta al tercer aspecto coadyuvante, Depaoli explicó que si los casos denunciados aumentan también es porque se está dando un recrudecimiento de las situaciones de violencia. “Existe un ensañamiento y es a nivel social”, sostuvo. Al 2 de enero de 2019, en la Argentina ya había una chica de 14 años abusada por cinco varones, una mujer asesinada por un policía que después se suicidó, otra con más de 20 puñaladas y una cuarta que apareció quemada.
El trabajo más duro
“No es imposible cambiar al hombre golpeador, pero es parte del trabajo más duro, que menos se ve y más lento, pues tiene relación con los cambios culturales”, insistió Carina Depaoli. “Nos tildan de exageradas cuando hablamos del acoso callejero, pero la verdad es que no le genera seguridad a las mujeres, en la calle, pasar caminando y que a cada cuadra un hombre la chifle o le diga algo”, añadió. Y no tiene nada que ver con que sea linda o fea, aclaró, o con la ropa que pueda estar usando.
Carina Depaoli – Coordinadora del área de Políticas de Género y Violencia Familiar de la Municipalidad de Santo Tomé
Sea como sea, la mujer se ve en la necesidad de tomar recaudos que el varón no necesita. Uno de ellos es, por ejemplo, crear grupos de WhatsApp entre amigas, para asegurarse que todas lleguen bien a la casa. El hombre no tiene que avisar, las mujeres sí, porque sienten tranquilidad al hacerlo. “El mensaje de la compañera es todo, porque confirma que no la abusaron, ni la golpearon o tocaron”, agrega, sin dejar de insistir en que estas diferencias “hacen a cuestiones culturales que están muy impuestas y naturalizadas”.
Según Depaoli, hay situaciones que parecen normales y tienen que ver con esas diferencias, como el hecho de que existe una mayor cantidad de mujeres que hombres trabajando en negro, con la desigualdad que ello implica. O que muchas veces una mujer no se anime a pasar por una calle mal iluminada, porque es más proclive a ser atacada y porque, además, carga con el temor a la violación. “Son muchas pautas del orden cultural muy fuertes, muy grandes, demasiado instaladas y hay mucho que trabajar sobre eso”, cerró.
De los 523 casos de violencia de género denunciados en Santo Tomé, 59 fueron de abuso sexual a mujeres y otros 36 de ataques sexuales contra niños y niñas. El resto, 428, tienen relación con hechos contra las mujeres, sea en noviazgos o matrimonios: violencia física, psicológica (insultos, descalificaciones), o económica y patrimonial (sustraerles el dinero, quemar o romper sus pertenencias, echarlas de sus domicilios solas o con sus hijos, prohibirles que trabajen para poder someterlas económicamente).
Contactos
La Coordinación de Políticas de Género y Violencia Familiar de la Municipalidad de Santo Tomé atiende de lunes a miércoles de 7 a 18, jueves de 7 a 14 y viernes de 7 a 15.30. Teléfono: 4746011. WhatsApp: 342-4-065920. En casos de urgencias, hay que llamar siempre al 911 y hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer, o en la unidad policial del barrio. Se la tienen que tomar.
Con información de El Litoral