Por Sergio “Checho” Basile
La potencialidad como recurso turístico que entrañan nuestras playas, no tiene que ver únicamente con las características del entorno natural, sino con el dato objetivo de las oportunidades que el momento histórico en el que vivimos nos ofrece y que implican una posibilidad concreta de desarrollo económico para nuestra localidad.
En relación al empleo, el turismo generó a nivel global 1 de cada 10 puestos de trabajo durante 2019, lo que en la Argentina representó 1.090.000 puestos de trabajos directos formales en las ramas esenciales del turismo. En cuanto a la incidencia económica el turismo en nuestro país generó en 2018 ingresos por 12.800 millones de dólares (turismo interno 7.000 millones + turismo internacional 5,8 millones de dólares). Se movilizaron en 2018 un total de 52,4 millones de turistas por el país (turismo interno 45,5 millones + turismo receptivo internacional 6.9 millones de turistas).
En la provincia de Santa Fe el empleo turístico participa con un 4,8% del empleo provincial (31.200 puestos directos formales), lo que posiciona a Santa Fe por encima de provincias con mayor tradición turística en términos de generación de puestos de trabajo, la media nacional es de 5,4% de incidencia; Santa Fe 4,8%.
La actividad turística constituye un incentivo vital para el desarrollo local, porque permite dinamizar las actividades económicas tradicionales y valorizar las particularidades naturales y culturales locales, ofreciendo al mismo tiempo posibilidades de empleo, por ello está considerada como una de las alternativas productivas que más contribuye a la prosperidad económica y sentimiento de bienestar de los ciudadanos y turistas a nivel global.
También hay que decir, que estamos ante una actividad que genera efectos positivos y negativos, no es neutra, por eso la falta de planificación y visión estratégica pueden generar un deterioro irreversible. El desarrollo de modelos turísticos espontáneos, con ausencia del gobierno local al momento de ordenar el desarrollo y la promoción puede degradar el hábitat, los paisajes, agotar los recursos naturales y generar impactos negativos estructurales en la comunidad local. Esto es precisamente lo que sucede hoy en el Chaquito, donde somos testigos de la incapacidad para pensar y diseñar políticas públicas por parte de quienes conducen los destinos de la comuna.
Muchos vecinos creemos que es posible soñar con el desarrollo económico y social de nuestro lugar en el mundo, necesitamos un gobierno comunal dispuesto a asumir el desafío de diseñar y ejecutar de manera participativa, políticas públicas de largo aliento.
Tenemos una gran posibilidad gracias a nuestros recursos naturales, es hora de convocar a la comunidad, al sector privado, a las fuerzas políticas y organizaciones de la sociedad civil para analizar el estado de situación y para proponer una visión turística a mediano y largo plazo.