El hotel alojamiento La Luna, conocido por sus insólitas promociones, sorprendió con un “free pass” a la espera del regreso de clientes.
El aislamiento social, preventivo y obligatorio provocó que el sector hotelero y de esparcimiento atraviese una de las peores crisis de su historia. Si bien la situación del coronavirus está controlada en Mendoza -no hay circulación comunitaria, según el Gobierno provincial-, los hoteles alojamiento todavía esperan que su protocolo sanitario sea autorizado para volver a recibir clientes.
Para hacer frente a tan dramático panorama, La Luna, uno de los “telos” más famosos de Mendoza por sus campañas publicitarias, lanzó esta semana una simpática “promoción” con un mensaje dirigido al gobernador Rodolfo Suárez: “Rody, te necesitamos. ¡Te prometemos que nos vamos a cuidar! #QueVuelvaElAmor”.
Si bien La Luna y todos los albergues del país ya presentaron su protocolo adecuado a la pandemia, todavía ni la Provincia ni la Nación les han dado a los dueños el permiso definitivo para reabrir al público.
Enrique De Oto, gerente de Marketing de La Luna en diálogo con Un Día Perfecto contó las desopilantes ideas para tratar de ganar clientes.
– UDP: ¿Cómo surgió esto?
– Enrique De Oto: En las redes sociales ya vengo haciendo esto. Hace 6 años armé habitaciones sin cama: “un rapidito se llama“. Fue un éxito, porque pagás dos mangos y estás un rato, es un rapidito.
– Ahora elevaste la vara y le pediste al gobernador de Mendoza…
– La gente está podrida del político del “tipo prócer”, necesitan un político con empatía, que esté en lo llano y con la gente. Le mandé un mensaje al gobernador con el apodo de “Rody”, muy cariñoso y amigable.
– Pero esperá… el cartel dice, “Free Pass para el gobernador y vice…”
– ¡A quien no le gusta recibir un regalo! En Mendoza fue una revolución, me están llamando de todos lados y prometí cuando habilitemos voy a ir a la Casa de gobierno con los medios a entregarle el free pass.
– ¿Sacaron un seguro de embarazo?
– Si, si a los nueves meses tenías el alegrón de ser papá y mamá, ibas con la foto de la habitación y mostrabas que habías estado en el hotel, te reintegrábamos el valor de la habitación. Tuvimos casi 50 embarazos.
– ¿Hasta dónde tenés el límite?
– Tengo la suerte que el dueño me da la libertad de utilizar toda mi creatividad. También quiero decir que él lo ve representado en el número. Si esto no termina en una buena acción comercial, no sirve de nada. Uno tiene que ofrecer un menú de cosas. En La Luna cuidamos al infiel, porque sufre mucho.
– ¿Sufre mucho?
– Si, porque está con los nervios de que te agarren. No conozco un infiel que no tenga caspa, están todos con nervios. En La Luna armé un protocolo. Primero hice una encuesta con los mismos clientes del hotel para saber a dónde decían ir cuando eran infieles y salió primero Anses, segundo el Supermercado y tercero, el Taller mecánico.
Entonces, hay tres capturas en el hotel de fotos de Anses, de un Taller y un supermercado.
– Pero, ¿De la fila de Anses?
– ¡No, no! Del lugar. Es así: vas de trampa a La Luna y te llama tu mujer y te dice ¿dónde estás?, “en Anses, mi amor”. “A ver, mostrame fotos”. Automáticamente apretas el protocolo, el conserje te manda la foto y está capacitado con trámites rápidos de Anses. Sabe lo de la jubilación, entonces habla con tu mujer: “su marido se va a poder jubilar a los 65 años”.
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