El presidente afirmó que al menos en el corto plazo, no girará el tratamiento de la ley al Congreso.
Pese a que el Congreso Nacional retomó su actividad a través de sesiones virtuales, el presidente Alberto Fernández reconoció este martes que la legalización del aborto no se tratará en el corto plazo, como se especulaba antes de la pandemia del coronavirus.
“La verdad es que ahora tengo otras urgencias que van desde la pandemia hasta la deuda externa, que estamos en proceso de discusión y resolverlo bien tiene que ver mucho con nuestro futuro”, precisó durante una entrevista con Radio Metro.
Tanto en campaña como luego de asumir el Ejecutivo, Fernández se mostró a favor de impulsar la interrupción voluntaria del embarazo. “Yo creo que es un tema que debemos resolver. Tomé un compromiso y yo tengo una convicción de siempre en el sentido de que la punición no resuelve nada”, reiteró.
En ese sentido, aseguró: “La ley la voy a mandar en algún momento y el Congreso la va a tratar cuando esté dispuesto”.
El proyecto se esperaba para marzo en la Cámara de diputados. Sin embargo, el surgimiento de la pandemia del coronavirus cambió los planes.
De todas maneras, los legisladores avanzaron con la creación de las comisiones para que se pueda tratar en cuanto ingrese. Fuentes del oficialismo esperaban que el proyecto se tratará en un plenario de tres comisiones: Salud, Legislación General y Mujeres y Diversidad. Confían que esta vez no se girará a Legislación Penal, como ocurrió en 2018.
Todas esas comisiones quedaron presididas por oficialistas “pañuelos verdes”.
Sin embargo, el presidente sigue apretando el freno sobre el tema. “Honestamente, ahora tengo otros temas que me urgen más, como el hambre de la gente. El señor del gimnasio, el comerciante, el profesional independiente”, apuntó Fernández.
“Lo único que me está sobrando son problemas. Estoy tratando de hacerle frente a todos con el mejor criterio y que todo este esfuerzo nos sirva”, remarcó.
La discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo quedó desplazada de la agenda hasta que se supere la pandemia, pero las diputadas de “pañuelo verde”, que impulsaron el proyecto de la Campaña Nacional esperan que se pueda volver a debatir una vez que pase la crisis desatada por el coronavirus.
Se esperaba que el texto de legalización del aborto que envíe el Ejecutivo sea similar al ya debatido en 2018. Que plantee la despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de la gestación.
En la Cámara de Diputados, los legisladores oficialistas que están en contra de la legalización del aborto son una minoría. Por eso, el jefe de la bancada, Máximo Kirchner, ya pidió que le organicen una reunión con ellos para conversar sobre el tema, “llevarles tranquilidad” de que no existirán presiones y que puedan plantear sus inquietudes.
De todas maneras, la Cámara baja no debería ser un problema para el oficialismo porque ya hay al menos 121 diputados dispuestos a votar a favor contra 103 que irán por el rechazo. El resto -33- no se pronunció.
Pero la Cámara de Senadores -que frenó en 2018 la aprobación del proyecto de legalización que había logrado media sanción en Diputados- sigue siendo la más reactiva. Y, por ende, la decisiva.
Pero la militancia “celeste” -en su mayoría integrantes de las autodenominadas organizaciones “pro-vida”- advirtieron que saldrían a las calles pese a la cuarentena si la iniciativa de la legalización del aborto era enviada al Parlamento. Por ello, desde las redes impulsaron el hashtag #SiHayAbortoYoSalgo.