La reunión entre el Presidente y Martín Guzmán en Olivos trazó el plan de abrirle las puertas a ofertas de los acreedores.
El coronavirus no es el único frente contra el que pelea Alberto Fernández e intenta resolver. Hay otro que puede afectar la vida de los argentinos de forma irremediable: el default. El Presidente trabaja bajo presión para evitarlo. La incógnita es cuánto está dispuesto a ceder para lograr el acuerdo con los bonistas.
Este sábado, el mandatario se reunió con el Ministro de Economía Martín Guzmán en la residencia de Olivos para reformular la primera oferta que no tuvo la aceptación esperada. Trascendió que la propuesta del Gobierno de la semana pasado no alcanzó el 20 por ciento de adhesión.
Con el avance hacia la siguiente fase de la cuarentena en todo el país, excepto en el AMBA, Fernández pudo concentrarse en el segundo problema más urgente -a su entender- que transita la Argentina.
El contador se volvió a poner en 0 y se iniciaron 10 días cruciales para el Gobierno con un solo objetivo en materia de la macroeconomía: convencer a los acreedores mediante negociaciones. El plazo para presentar contraofertas se extenderá hasta el lunes 11 de mayo.
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Esta etapa incluirá la comunicación oficial a la Securities and Exchange Commission (SEC), el organismo que regula y supervisa la bolsa de valores y el mercado de Estados Unidos, sobre la prórroga del período de respuesta a la oferta.
Según trascendió, el gobierno argentino volverá a presentarse como un “negociador de buena fe” que intenta llegar a buen puerto para evitar el default y que pide comprensión a los acreedores. A su vez, apuesta a que los bonistas presenten ofertas que tengan en cuenta la sustentabilidad de la deuda a largo plazo.
La fórmula que el Gobierno debe lograr es, en el caso de los bonos K -emitidos durante la gestión kirchnerista-, el 85% del total y el 66,6% de cada título. En cuanto a los bonos M (emitidos durante el gobierno de Mauricio Macri), el 66,6% del total y el 50% de cada uno.
Esta semana se cerró una etapa, pero el diálogo continúa y el mercado da por hecho que, si el objetivo es evitar el default, podría haber una mejora en poco tiempo. El plazo termina el 22 de mayo, día en que finalizan los 30 días extras del vencimiento por USD 503 millones de los cupones de los bonos globales.
“Esto es una negociación con personajes singulares del mundo de las finanzas. Vamos a ver bien cuántos aceptaron la oferta, quiénes presentaron contraoferta. Yo espero que entiendan, tengo mucha firmeza en lo que hemos propuesto”, aseguró en diálogo con Futurock durante la mañana de este sábado, antes de reunirse a desayunar con el ministro de economía Martín Guzmán.
“Esta vez tenemos una suerte de aval del FMI. Nuestra propuesta guarda en un 100% el criterio de sostenibilidad que el Fondo ha propuesto”, agregó.
El Gobierno estima que el PBI podría bajar este año un 6,5% y que el déficit fiscal primario alcance un 3,1% debido al aumento del gasto público para asistencia social y económica durante la pandemia, por lo que considera que la capacidad de pago del país es muy limitada.