El dato surge del informe “Estancamiento estructural, pobrezas crónicas y desigualdades sociales en la Argentina” del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA y fue presentado junto a los índices de pobreza de este año.
El informe hace una división entre las personas que experimentaron inseguridad alimentaria severa -hambre- (7,9%) y aquellos que tuvieron que recortar su dieta (12,3%). En total, el número pasó de 15,6 en 2017 a 20,2% este año. “La evolución negativa que se observa se explicaría principalmente a partir del deterioro de la situación de los hogares de estratos bajos”, señala el informe. Si se observa los valores para la clase trabajadora marginal, el número es escalofriante: el 18,5% pasó hambre en algún momento de este año.
Planes Sociales
Ante esta situación, la UCA también midió el acceso a planes sociales. En 2018 el 39,9% de las personas dijo vivir en un hogar que recibe ayuda social. Es más de un punto menos que en 2017, cuando esa cifra ascendía a 41,1%.
¿A qué se debe esta baja? Básicamente a que más personas se empobrecieron pero no hubo más ingresos a los planes sociales.
“Esta tendencia se explica por el empobrecimiento de sectores pertenecientes a los estratos medios que no acceden a transferencias por parte del Estado. En 2017 el 43% de los hogares pobres de estrato medio no profesional estaba cubierto por políticas asistenciales; este porcentaje desciende al 23% en 2018”, señala el documento.