Moussa Marega convirtió el gol de la victoria y la hinchada le lanzó butacas y un cesto de basura, mientas entonaban cánticos racistas.
Moussa Marega, delantero franco-maliense del Porto, fue víctima de gritos racistas en el encuentro ante el Vitória de Guimarães y decidió abandonar el terreno de juego en el minuto 71 del partido.
Marega selló victoria de su equipo cuando marcó el 2-1, desatando la furia de la parcialidad local, que comenzó a lanzarle plateas y hasta un tacho de basura, mientras le dedicaban insultos y cánticos racistas.
El delantero de 28 años se cansó y decidió abandonar el campo de juego, a lo que sus compañeros y jugadores del equipo rival trataron de disuadirlo, pero el siguió adelante y se retiró muy enojado, mientras le dedicaba pulgares abajo a la aficción local en desaprobación por su actitud.
Su entrenador, Sérgio Conceição, se apresuó a hacer un cambio y en su lugar entró Wilson Manafa, mientras Marega era acompañado por miembros del cuerpo técnico de su club a los vestuarios.
Poco más tarde, el delantero decidió hacer un descargo en su cuenta de Instagram contra los hincha, y además arremetió contra los árbitros del partido: “Querría simplemente decir a esos idiotas que vienen al estadio a lanzar gritos racistas que se jodan. Agradezco también a los árbitros que no me hayan protegido y me hayan mostrado una tarjeta amarilla por defender mi color de piel”, y agregó emojis de una mano con un dedo levantado.
“Espero no verlos nunca más en un terreno de juego. ¡Son una vergüenza”, escribió el jugador, quien recibió apoyo de muchas figuras del fútbol internacional.
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