La iniciativa tiene como objetivo la búsqueda de “garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de toda la población y familias”.
El Gobierno oficializó la creación del Plan Nacional “Argentina contra el Hambre” en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Social, el cual buscará “garantizar la seguridad y soberanía alimentaria de toda la población y familias argentinas, con especial atención en los sectores de mayor vulnerabilidad económica y social”.
Desde la Resolución 8/2020 de la cartera que tiene a su cargo Daniel Arroyo es que queda resuelta la principal herramienta desde la cual el Gobierno de Alberto Fernández centrará su lucha contra el hambre en el país.
La iniciativa en cuestión basa su propuesta en tres grandes ejes:
1.Tarjeta Alimentar
Es un instrumento para que todos accedan a la canasta básica alimentaria. Permite comprar todo tipo de alimentos, a excepción de bebidas alcohólicas.
Está destinada a madres y padres con hijos e hijas de hasta 6 años de edad que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH). También a embarazadas a partir de los 3 meses que cobran la Asignación por Embarazo y personas con discapacidad que reciben la AUH.
Su implementación será automática a partir del cruce de datos entre ANSES y AUH, por lo que no hace falta realizar ningún trámite. El tercer viernes de cada mes la tarjeta se recargará de manera automática. No permitirá extraer dinero en efectivo.
2. Canales de comercialización para la economía social
Se crearán y fortalecerán los mercados populares, que son espacios de comercialización que promueven precio justo y consumo responsable a partir del encuentro entre productores y consumidores, sin intermediarios.
También se instrumentarán créditos a tasas bajas e incentivos a la economía social y agricultura familiar: préstamos a tasas que no superen el 2 o el 3% y que están destinados a la compra de herramientas y maquinarias.
3. Promotoras y promotores comunitarios de Seguridad Alimentaria y Nutricional
El objetivo será controlar la talla y el peso de niñas y niños, y facilitarán la articulación de las políticas alimentarias con las políticas sanitarias, materno infantil, primera infancia, adolescencia, adultos mayores, entre otras.