Miguel Lifschitz en la mira de Omar Perotti

Miguel Lifschitz en la mira de Omar Perotti

Por Martín Sperati

La dirigencia política se fue de vacaciones con el bolso a medio desarmar. El gobierno de Omar Perotti terminó el 2019 a medias: ley tributaria en el bolsillo y la declaración de Emergencias a merced de la oposición.

A esto se le sumó los primeros reclamos de los gremios por el cronograma de haberes para los agentes estatales. Una de cal, una de área y más dudas que certezas. Perotti dice que Lifschitz no le dejó caja. El ex gobernador elige el silencio, pero se expresa a través de sus laderos.

La historia entre el rafaelino y el socialista viene mal barajada desde la interminable transición que no fue tal y se profundizó con el resultado en la Legislatura lo que vaticina un 2020 cargado de incertidumbre en el avance de proyectos. Algo clave: nadie tiene mayorías definitivas para imponer normas.

Perotti quiso presupuesto y algunos senadores propios le dijeron que no. Quiso Reforma Constitucional y no tuvo éxito. Trabajó a destajo para que la Legislatura le convalide la ley tributaria y Diputados le frenó la ley de emergencias.

Puertas afuera el mandatario santafesino escuchó la primera queja de los gremios por el cronograma salarial. Hubo movilización en Rafaela por la muerte de un joven que terminó con un escrache en su casa. Y la oposición le pidió que deje de hablar y que “gestione”.

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La política santafesina se encuentra repleta de tensiones y de escenarios abiertos, al punto tal que la oposición cruzó al Ministro de Seguridad, Marcelo Saín y hasta se preguntó “si desde el punto de vista emocional está capacitado para el cargo”.

Del lado oficialista acusan al socialismo de dejar una herencia plagada de irregularidades. Desde problemas en seguridad hasta la falta de combustible para las ambulancias.

Lifschitz por su parte no dice nada. Comanda la Cámara de Diputados y gestiona con la mirada puesta en el futuro. Una fuente cercana al ex gobernador le confió a Despacho Digital que “quiere volver y cuando tiene algo en la cabeza no para”.

El peronismo tendrá que trabajar para lograr gobernabilidad. Sabe que necesita de la oposición para que sus proyectos puedan prosperar y por eso apuestan a que “si se convierten en una máquina de impedir, pagarán sus costos”.

Perotti sabe que su antecesor, que se llamó a silencio, es el artífice de la estrategia del progresismo. No obstante, el gobernador no se quedará quieto y planea acciones concretas. ¿Alimentará la rispidez política?