Según estimaciones privadas, los alimentos y bebidas tuvieron un aumento fuerte a pesar de la tranquilidad cambiaria.
El jueves de la semana próxima se conocerá el primer dato oficial relevante bajo la presidencia de Alberto Fernández. El Indec publicará el índice de inflación de noviembre, que las consultoras estiman en un amplio rango de entre 3,6% y 4,6%.
El cepo cambiario reforzado que estableció el Banco Central tras el resultado electoral del 27 de octubre mantuvo controlado el precio del dólar, pero eso no evitó que haya un nuevo recalentamiento de precios.
De acuerdo al relevamiento de consultoras realizado por Todo Noticias, las estimaciones privadas, en promedio, arrojan una expectativa de 4% para noviembre.
Una de las razones que explican que la inflación se haya acelerado nuevamente tiene que ver con que los valores de bienes esenciales como alimentos y bebidas registraron aumentos fuertes. “El mal dato de inflación tiene que ver con alimentos y bebidas, que subieron por encima del 4%. Es una mala noticia porque ese número hay que tenerlo en cuenta para variables sociales como pobreza o indigencia”, dijo Federico Moll, director de Ecolatina.
“Es factible que el segmento alimentos y bebidas con una variación de precios tan alta esté relacionado a un comportamiento especulativo ante una probable medida de acuerdo de precios o de pacto social, porque no hubo durante noviembre ningún otro driver -motor-, porque el tipo de cambio estuvo estable”, concluyó Moll.
Ecolatina estimó que la inflación de noviembre fue de 3,6%, una cifra baja en comparación con otras mediciones privadas. La Fundación FIEL -solo mide en la Ciudad de Buenos Aires- y la consultora Seido, por ejemplo, calcularon un IPC de 3,8%. Un poco más arriba, Elypsis espera un 4% mientras que Orlando Ferreres, 4,6%. El IPC Bahía Blanca, una medición privada de precios de esa ciudad bonaerense, proyectó 4,75%.
Además del efecto en el índice general que tiene alimentos y bebidas (que es el rubro que más pesa en la canasta que analiza Indec), durante noviembre hubo incrementos de precios regulados como los de medicina prepaga y los de telefonía celular.
Pero además tuvo lugar el “descongelamiento” de los valores de los combustibles en las estaciones de servicio, que fueron remarcados dos veces durante noviembre, con subas que rondaron el 5% a principios y a mediados de mes. La nafta volvió a subir el primer día de diciembre un 6% por ajustes en los impuestos de ese fluido que realizó el Gobierno nacional.
Cuando restan conocer datos de inflación de los dos últimos meses del año, las consultoras ya estiman cuál sería la cifra final de suba de precios para todo 2019. Más allá de diferencias puntuales, todas coinciden en que la inflación será más alta que la de 2018 -47,6%-. De esa forma, los precios habrán tenido su incremento anual más pronunciado desde 1991.
En ese sentido, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central y del que participan consultoras, bancos y fondos de inversión, arrojó como resultado un consenso de que la inflación de 2019 terminará en torno de 55,6%, ocho puntos porcentuales más que el año anterior.