Se trata del mayor escándalo por denuncias de abusos sexuales eclesiásticos registrado en Mendoza.
La Justicia de Mendoza falló este lunes en el juicio por abusos sexuales cometidos en el Instituto Antonio Próvolo para niños hipoacúsicos, con dos curas y un jardinero que trabajaba allí en el banquillo de los acusados.
Horacio Corbacho (61) fue condenado a 45 años de prisión e inhabilitación absoluta por los hechos de abuso sexual y corrupción de menores, mientras que para el otro religioso, Nicola Corradi (83), los jueces dictaminaron 42 años años de cárcel.
El ex jardinero Armando Gómez (51) fue sentenciado a 18 años de prisión.
El juicio se había iniciado el 4 de agosto último, a puertas cerradas a la prensa y con traducción simultánea en lenguaje de señas ante la presencia de las víctimas y sus familiares.
Esta causa ya tenía un condenado, el monaguillo Jorge Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre del año pasado durante un juicio abreviado, ser autor de 11 abusos y deberá cumplir diez años de prisión.
Todas las denuncias contra los curas y contra los empleados del Próvolo provienen de ex alumnos del instituto, quienes manifestaron haber tenido entre 5 y 16 años al momento en que se produjeron los ataques.
En este caso, ya había sido sobreseído y declarado “inimputable” Luis Ojeda (41), quien según dictaminó el Cuerpo Médico Forense en diciembre de 2017 “no comprende la criminalidad de los hechos”.
Tras una extensa investigación que incluyó numerosas testimoniales, cámaras Gesell e incontables allanamientos e inspecciones al lugar, y con absoluto silencio de la Iglesia católica, se aguardó que la justicia mendocina aplique la mayor de las penas a los acusados de aberrantes abusos a niños indefensos.
“De la justicia esperamos una condena ejemplar”, habían reclamado desde el colectivo Sobrevivientes del Próvolo.