El boicot al discurso fue convocado en las redes sociales y tuvo una mayor acogida en ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores del país, en las que en algunos barrios tanto acomodados como en favelas el ruido de los cacerolazos fue notorio.
Una noche ruidosa en Brasil: hubo cacerolazos y bocinazos contra el presidente Jair Bolsonaro. Se hicieron oír en todas las ciudades brasileñas donde repudiaron al mandatario luego de que emitiera un mensaje por cadena nacional para explicar sus medidas de contención al incendio de la selva amazónica.
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En San Pablo, la ciudad más grande del país, se escucharon cacerolazos en barrios de clase baja y media, como Santa Cecilia, Consolacao, Vila Madalena, en un barrio rico como Higienópolis y en las dos favelas más grandes, Heliópolis y Paraisópolis, según reportaron medios locales.
En Río de Janeiro, los cacerolazos se concentraron en la zona sur y en la zona oeste, sobre todo en Barra de Tijuca, el barrio de clase alta donde vive Bolsonaro.
Los cacerolazos también fueron reportados en el Asa Norte de la capital federal, Brasilia, y en Belo Horizonte.
Son los primeros cacerolazos contra Bolsonaro desde los que se registraron en Brasil en 2013, para repudiar a la entonces presidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016.
Para destacar, Bolsonaro basó su ascenso político en los cacerolazos de las clases acomodadas contra Rousseff y el PT.
El ex capitán fue repudiado en manifestaciones en San Pablo y Río de Janeiro convocadas por movimientos sociales y ambientales que reclamaban su renuncia al gobierno y la protección de la selva amazónica.