El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania Trump, encendieron este jueves las luces del árbol de Navidad de la Casa Blanca, inaugurando oficialmente la temporada de celebraciones de fin de año ante un nutrido grupo de invitados que incluyó altos funcionarios, artistas y familias especialmente elegidas para la ocasión.
“La religión está volviendo a Estados Unidos, muy fuertemente”, proclamó el republicano desde el escenario montado frente a la residencia presidencial. Y, fiel a su estilo, aprovechó el mensaje para elogiar el desempeño de las fuerzas federales desplegadas en Washington bajo el argumento de combatir el crimen.
Con la mansión ejecutiva de fondo y un clima festivo que mezclaba música, luces y cámaras, el mandatario invitó a la primera dama a realizar el gesto simbólico: el conteo regresivo y el encendido del abeto que ilumina la explanada.

El jefe de la Casa Blanca también hizo referencia al tiroteo ocurrido en la víspera de Acción de Gracias, en el que un asilado afgano atacó a dos miembros de la Guardia Nacional. El episodio desencadenó una nueva y amplia suspensión de trámites migratorios que afecta a inmigrantes de 19 países considerados “de alto riesgo”, una decisión que frena solicitudes de residencia, ciudadanía, asilo y otros beneficios legales, incluso para personas que ya viven en Estados Unidos.
“Quiero presentar mis más altos respetos a esos dos grandes guardias, ya saben de quiénes hablo”, dijo Trump. “En un caso, pagó lo máximo; en el otro, Andrew Wolfe está mejorando. Lamentablemente, Sarah Beckstrom nos observa desde el cielo”.
“Hablé con sus padres hoy, los padres de Andrew. Tienen un espíritu increíble y aman tanto a nuestro país que no lo creerían”, añadió.

