El presidente saliente y el electo se sentaron uno al lado del otro en la celebración en el Día de la Inmaculada Concepción de María. Al final se abrazaron.
Mauricio Macri y Alberto Fernández asistieron este domingo por la mañana a una misa “por la unidad y la paz”, celebrada por la Iglesia católica en la Basílica de Luján, en el Día de la Inmaculada Concepción de María.
La Iglesia llamó a la unidad “para salir del laberinto en el que nos encontramos” y una exhortación a que “los pobres sean los hermanos más cuidados”,
A dos días del cambio de gobierno, también estuvieron presentes Gabriela Michetti, Marcos Peña, Santiago Cafiero, Roberto Lavagna, además de otros dirigentes sociales y sindicales.
Macri, llegó acompañado por su esposa Juliana Awada y Fernández, con Fabiola Yáñez. No estuvieron presentes ni Eugenia Vidal, ni su sucesor, Axel Kicillof. Tampoco asistió Cristina Kirchner, ni Horacio Rodríguez Larreta.
El pedido de la Iglesia
Monseñor Jorge Eduardo Scheinig inició el acto religioso con una homilía en la que invitó a rezar “porque somos conscientes de que estamos en un momento delicado del mundo, de nuestra América Latina y de nuestra Nación”.
Monseñor destacó el “gesto” de mandatarios y dirigentes de estar presentes para sumarse al pedido de la Iglesia por la “unidad” y la “paz”.
“No somos ingenuos, no creemos que una celebración sea la solución de los problemas, pero estamos seguros que este gesto que estamos realizando juntos, habla por sí mismo.”, aclaró
“Deseamos que en estos días históricos y con la ayuda de lo Alto, se convierta en una puerta para entrar en esta nueva etapa, con sinceros anhelos de unidad y de paz”, cerró Scheinig.
El arzobispo de Mercedes-Luján también habló de los pobres y los comparó con “el hijo más frágil”.
Convocó a gobernantes y dirigentes a que se unan para que “los pobres sean los hermanos más cuidados, a los que más queremos acompañar para que consigan su propia tierra, su techo y su trabajo”.
“Deseamos que los pobres recuperen los derechos y las oportunidades a la que está llamada toda persona humana”, dijo, y agregó: “No podríamos no estar al lado de los pobres”.
Por último, también se refirió a una Argentina “tan sufrida, enemistada, debilitada y tan necesitada” , e hizo un pedido especial “por la unidad de las argentinas y de los argentinos”.
Finalizada la celebración, cerca de las 12.30, Mauricio Macri y Alberto Fernández se abrazaron e intercambiaron un breve diálogo cordial.
Fuente: Télam